lunes, 26 de agosto de 2013

¡Se casa nuestra hija Cristina!




Ante este acontecimiento me brota  alegría, se renuevan en mí las ganas de ofrecerles nuestra ayuda incondicional y  también sentimientos contradictorios de que algunas cosas las hicieran como yo desearía.
Alegría porque  se quieren y lo declaran públicamente.  Quieren ser acompañados en ese momento especial por todos aquellos a los que quieren y saben que   ellos también les quieren de verdad (amigos, padres, hermanos, tíos …) y de todos ellos reciben también esa energía  vital  que no es otra que la del amor.
Saben que su palabra es sí, te quiero, en la salud y en la enfermedad, en  los momentos buenos y en los no tan buenos…
Hoy día cuesta dar un paso así. La sociedad parece decir con su lenguaje subliminar que eso es de ilusos. Que todo es pasajero y  provisional. Hay que tener personalidad para dar un paso así y  tener claro que vas a hacer feliz a esa persona a la que quieres y que vas a empeñar  tu vida en intentarlo y en ello cifras tu felicidad.
Seguro que lo conseguís. Todo ello me llena de alegría e ilusión viéndoos en el camino de los adultos y de  los arriesgados.
Ojalá  sea el proyecto de cada uno de los que les acompañamos en su fiesta de bodas.
Contad con nuestra ayuda  incondicional y permanente.
Al ser boda civil desde mi perspectiva  de la fe cristiana  parece como que me falta algo. Es esa tendencia a que mis hijas piensen y actúen como yo quiero. Al reflexionar sobre mis sentimientos  me doy cuenta de que  los valores cristianos los lleváis inscritos en lo más profundo de vuestro ser: deseáis crear un mundo de hermanos que se respetan y son responsables en todo. Tratad  de buscar lo positivo de todo.
Me gustaría transmitiros con mi vida los valores de Jesús. Me di cuenta de que con palabras ya no vale. Procuraré vivir los valores del Evangelio y transmitirlos con la vida de cada día.
Ser yo el padrino de mi hija hace que  asuma el compromiso de estar en todo al máximo de mis capacidades y reparta  buen humor, alegría, emoción, cercanía con cada uno de los invitados, tranquilidad, el deseo de que cada cual esté cómodo y a gusto en todo momento.
Estoy lleno de alegría y emoción por su boda y me siento feliz y muy orgulloso de ellos.
Todos los invitados han estado a gusto y con  la sensación de que todo ha salido a pedir de boca.  Los novios han preparado cantidad de detalles para  el goce de todos: Las mesas con personajes de los cómic  presentados con  los play móvil, las chapitas con textos adecuados al perfil de los invitados, papel y notas para colgar en el tendedero dejando cada cual sus comentarios  a los novios. El que estuviera  todo el local exclusivamente a nuestro servicio, la música elegida en cada momento, el volumen de la música del baile que permitía dialogar con todos, la climatización.
Es verdad que la ceremonia ha sido sencilla y muy vivida, cargada de emoción en todos sus gestos: las palabras de los padrinos y de la amiga, la luz que han de encender y apagar juntos, los anillos que llevarán siempre y en la mano derecha aunque sean poco amigos de llevarlos.
Las dos familias nos hemos sentido muy a gusto y  nos hemos conocido más. Se nota que estamos en sintonía y nos apreciamos mutuamente. Con ello hemos sellado un pacto de amistad permanente.
Texto escrito el 15 de julio del 13, una semana después de la boda.





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