Ante este acontecimiento me brota alegría, se renuevan en mí las ganas de
ofrecerles nuestra ayuda incondicional y también sentimientos contradictorios de que
algunas cosas las hicieran como yo desearía.
Alegría porque
se quieren y lo declaran públicamente.
Quieren ser acompañados en ese momento especial por todos aquellos a los
que quieren y saben que ellos también les quieren de verdad (amigos,
padres, hermanos, tíos …) y de todos ellos reciben también esa energía vital que no es otra que la del amor.
Saben que su palabra es sí, te quiero, en la salud y
en la enfermedad, en los momentos buenos
y en los no tan buenos…
Hoy día cuesta dar un paso así. La sociedad parece decir con
su lenguaje subliminar que eso es de ilusos. Que todo es pasajero y provisional. Hay que tener personalidad para
dar un paso así y tener claro que vas a
hacer feliz a esa persona a la que quieres y que vas a empeñar tu vida en intentarlo y en ello cifras tu
felicidad.
Seguro que lo conseguís. Todo ello me llena de alegría e
ilusión viéndoos en el camino de los adultos y de los arriesgados.
Ojalá sea el proyecto
de cada uno de los que les acompañamos en su fiesta de bodas.
Contad con nuestra ayuda
incondicional y permanente.
Al ser boda civil desde mi perspectiva de la fe cristiana parece como que me falta algo. Es esa
tendencia a que mis hijas piensen y actúen como yo quiero. Al reflexionar sobre
mis sentimientos me doy cuenta de
que los valores cristianos los lleváis
inscritos en lo más profundo de vuestro ser: deseáis crear un mundo de hermanos
que se respetan y son responsables en todo. Tratad de buscar lo positivo de todo.
Me gustaría transmitiros con mi vida los valores de Jesús.
Me di cuenta de que con palabras ya no vale. Procuraré vivir los valores del
Evangelio y transmitirlos con la vida de cada día.
Ser yo el padrino de mi hija hace que asuma el compromiso de estar en todo al
máximo de mis capacidades y reparta buen
humor, alegría, emoción, cercanía con cada uno de los invitados, tranquilidad,
el deseo de que cada cual esté cómodo y a gusto en todo momento.
Estoy lleno de alegría y emoción por su boda y me siento feliz
y muy orgulloso de ellos.
Todos los invitados han estado a gusto y con la sensación de que todo ha salido a pedir de
boca. Los novios han preparado cantidad
de detalles para el goce de todos: Las
mesas con personajes de los cómic presentados
con los play móvil, las chapitas con
textos adecuados al perfil de los invitados, papel y notas para colgar en el
tendedero dejando cada cual sus comentarios
a los novios. El que estuviera
todo el local exclusivamente a nuestro servicio, la música elegida en
cada momento, el volumen de la música del baile que permitía dialogar con
todos, la climatización.
Es verdad que la ceremonia ha sido sencilla y muy vivida,
cargada de emoción en todos sus gestos: las palabras de los padrinos y de la
amiga, la luz que han de encender y apagar juntos, los anillos que llevarán
siempre y en la mano derecha aunque sean poco amigos de llevarlos.
Las dos familias nos hemos sentido muy a gusto y nos hemos conocido más. Se nota que estamos
en sintonía y nos apreciamos mutuamente. Con ello hemos sellado un pacto de
amistad permanente.
Texto escrito el 15 de julio del 13, una semana después de la boda.
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